lunes, 15 de junio de 2009

Capítulo 6

Capítulo 6

UN DÍA EN LA TIERRA


Nícolas apareció en una calle muy concurrida. Todo estaba lleno de colores, la gente vestía unos extraños conjuntos.
El no sabía que hacer, su padre le había dado indicaciones de que esperase a Kate, ya que ella le daría las indicaciones de a quien buscar y a donde ir.
Fue preguntando a la gente que pasaba donde estaba la entrada al mercado principal, ya que allí debía reunirse con Kate.
Paro a un transeúnte, y este se le quedo mirando con cara de miedo y eso a Nícolas le pareció hasta un halago ya que le gustaba que aun estando en otro mundo todavía se le temía.
- perdone sabe donde se encuentra el mercado principal.-dijo con la voz menos intimidante que pudo, ya que no quería que a ese hombre le diera un infarto y tuviese que venir la policía.
- eee…siii..claro…esta unas calles más lejos, mire... vaya todo recto y al llegar a la segunda rotonda... gire a la derecha y ahí esta.-dijo todo esto sin mirarle ni una sola vez en la cara.
Nícolas se quedó pensando “ ¿Qué es una rotonda?,” como no tenia ni idea se lo pregunto al hombre, aunque dudaba si este le quedase mas fuerza de voluntad para seguir hablando y no salir corriendo
- Perdone pero a que se refiere con una rotonda.
El hombre se quedó perplejo sin saber que contestar.
- Pues una rotonda es… es… un gran circulo... por lo que los circulan los coches y... giran a su alrededor.
- A vale.- dijo dándose la vuelta y mirando a todos los lados haber si veía esa cosa extraña.
Nícolas andaba por la calle sin darse cuenta de que todo el mundo le miraba y que los grupitos de chiquillas de poco mas de dieciséis años se le quedaban observando y parecía que se les iba a caer la baba.
Cuando llegó al sitio que el hombre le había dicho se sentó en un banco a esperar a Kate.
Estuvo un rato observando a la gente, y sin darse cuenta se quedó dormido por el cansancio de ese día.

Después de la siesta, Nícolas se puso a observar todo lo que a su alrededor acontecía. En ese retrato que observaba, los niños no se entrenaban para la guerra, ni los padres parecían duros con ellos, al contrarío los niños correteaban por todos lados y sus padres se reían con ellos. Todos parecían muy felices. Nícolas también se fijo en las ropas, la gente llevaba trajes de varias piezas y todas con dibujos y colores muy diferentes, no había distinciones de ropa entre hombres y mujeres. Ambos podían llevar las mismas ropas y no eran castigados.
Pero de pronto alguien le tocó el hombro, Nícolas reaccionó al instante sacando su espada, cuando se dio cuenta de que era Kate.
- ¿te has asustado? – dijo en tono juguetón.
- No pero podía haberte matado. – dijo Nícolas con su habitual aspecto de seriedad guardando la espada.
De repente Kate se dio cuenta de que todo el mundo que pasaba por su lado se quedaba mirándoles, y no le extrañaba
- Pero como se te ocurre ir con estas ropas. No te dijeron que aquí tenías que ponerte otras ropas.
- No – dijo con tono indiferente.
- Pues habrá que hacer algo.- dijo con una sonrisa burlona.
- El que.-dijo sabiendo que se avecinaba algo malo
- Conozco unas tiendas donde creo que podrán remediar este pequeño contratiempo.
Se pasaron todo lo que quedaba de tarde de compras de un lado para otro comprando abundantes masas de ropa moderna que cualquier terrestre de diecinueve años llevaría.
La ropa que mas le gustó fueron unos vaqueros azul oscuro con rotos y un jersey ajustado de color negro.
Después también hicieron una visita a la peluquería donde a Nícolas le realizaron un corte moderno. Le cortaron parte de su larga melena morena, hasta dejarse la por debajo de las orejas en forma d capas y además le hicieron un flequillo corto hacía a un lado.
El resultado final fue espectacular, Nícolas parecía todavía mas guapo que antes, conservaba su aspecto de aires relieves, pero nadie diría que el chaval que tenían delante no era de aquel mundo.
- Bueno, yo creo que has quedado perfecto.
Nícolas se miró al espejo que tenía, el chico que tenía delante se parecía mucho a él, pero a menos que se fijaran bien nadie le podría reconocer fácilmente, además daba el pego en ese extraño mundo, de todas formas, su aspecto nunca había sido algo muy importante en su vida, para el era mas importante sus habilidades, su destreza con la espada, su rapidez…
- Y ahora que-dijo saliendo de la tienda.
- Ahora, nos vamos al cuartel para ponerte al día.-dijo con una sonrisita
Se subieron en un coche, Nícolas se sintió raro durante todo el viaje, había sufrido demasiadas novedades como para poder asimilarlas todas en un solo día.
Horas mas tardes llegaron a un pueblo, que Nícolas dedujo debido a que Kate aminoró la velocidad, que era donde se encontraba el cuartel.
Este según le pudo explicar Kate durante el viaje se llamaba valdeverdeja, y en el se encontraba el famoso humano de su misión, todo esto eso si, tendrían que profundizarlo, ya que Kate se lo había contado por encima.
Llegaron a una casa normal, con mucho patio y jardines, pero que parecía vieja y descuidada
- Es aquí – le dijo Kate – espera aquí mientras aviso a los otros de tu llegada.
- Esta bien .
Kate no tardó mas que un par de minutos en volver donde se encontraba Nícolas.
- Ya puedes pasar.
Nícolas salió del coche.
- Este es el cuartel. Me esperaba, no se, otra cosa.
- Pues esto es lo que pudimos conseguir.-dijo con resentimiento
Pasaron dentro. llegaron a una sala en la que había mucha gente, para tan poco espacio
Kate se dispuso a presentarlos.
- Nícolas – le llamó – te voy a presentar a la cuadrilla. Este – dijo señalando a un hombre viejo y bajito con gafas acurrucado en una esquina – es Alfred, se encarga de estudiar y analizar la conducta de los humanos, es nuestro mayor experto.- hizo una pausa antes de proseguir – aquí esta Collin es uno de los mejores arqueros de la corte, no se si le recordarás, además es un gran espía. Finalmente esta es Glenda – dijo señalando a una chica muy joven –ten cuidado con ella porque sabe bien lo que quiere-dijo echándole una mirada picarona-, se encarga de idear los planes y de distribuir las tareas. A los demás son irrelevantes. Son nuestros guardias, por si hay que entrar en batalla, aunque todavía no ha sucedido pero estoy deseando que ocurra. –dijo con la mirada perdida en sus pensamientos
De repente se le acerco la chica joven que le había dicho Kate que tuviese cuidado.
- Hola señor. Me llamo Glenda. Le gustaría que le pusiese al día sobre nuestra misión.
Dijo con una gran sonrisa. Ahora que se fijaba en ella solo tendría 16 años, pero era muy guapa.
Nícolas asintió con la cabeza, deseoso de que le pusiese al día de una vez.
- Hemos averiguado que el humano se encuentra aquí, en valdeverdeja. Hemos organizado un plan para llevárnosle. Usted le estará pendiente de el todo el rato hasta que se encuentre solo y traerlo a este lugar y mientras nosotros estaremos vigilando de que no ocurra ningún inconveniente. Luego regresará inmediatamente a la isla de Lauma con el como el rey ordenó.
Tras unos segundos de silencio, Glenda preguntó:
- Bueno, ¿Qué le parece el plan? – dijo
- Creo que todo esta correcto, pero necesito mas información sobre el humano. – dijo pensando en que ese plan no le gustaba mucho
Le entregaron un informe completo sobre el humano.
El, lo miro detenidamente. Y concluyo diciendo:
- Esta bien, pero me gustaría encargarme de el personalmente.-dijo mirándola con sus profundos ojos grises
- Mmmm, de acuerdo – dijo dubitativa, porque Glenda tenía miedo de lo que le podría ocurrir si le contradecía – aunque es muy peligroso ya que el humano tiene a “La Orden De Su Majestad”protegiéndola, no sería muy astuto por nuestra parte dejarte ir solo allí.
- No os preocupéis se cuidarme solito– le respondió Nícolas confiado.
Los otros le iban a replicar pero al ver su cara se callaron en seguida.
- ok... pero al menos deja que te acompañe uno de nosotros – dijo Glenda mirándole como diciendo “ llévame a mi”.
- He dicho que no hace falta, o es que nos hemos vuelto sordos de repente.- dijo arrogantemente.
Cansado de estar oyendo a esos incompetentes salió de esa casa que ya le empezaba a dar claustrofobia y se dirigió donde le habían dicho que se encontraba l humano para acabar de una vez tanta tontería y poder volver a la isla de Lauma.
Se dirigió al lugar donde le habían indicado, que por lo visto era un monasterio.” Genial y encima tengo que ir a ver a esos ridículos monjes” pensó.
Al llegar ya había oscurecido y dio gracias ya que no soportaba tener que volver a atravesar ese mini-bosque que tanto asco le daba.
Llamo a la puerta y huna monja sonriente le abrió la puerta aunque la risa se la congelo al ver quien era la visita.
- perdone estoy buscado a una persona que a estado aquí- dijo con la voz mas calmada posible, ya que no quería que la monja le cerrase la puerta y tuviese que saberlo a la fuerza, aunque eso no le importaba, lo que si le importaba es que eso daría la voz de alarma y ese día no le apetecía hacer una masacre.
- Eeee...si sí una joven estuvo aquí un rato y se acaba de ir, seguro que no la as visto cruzarse contigo por lo oscuro que esta pero si corres un poco la alcanzaras.-dijo precipitadamente y cerrando la puerta.
Y eso es lo que Nícolas hizo.
Echo a correr buscando con la mirada haber si la veía y fue cuando la vio.
Era una chica, de eso no tenía duda porque se le veía en su figura. Pero no podía alcanzarla porque sin saber como, esa chica corría mas rápido que él y eso era todo un logro y pensó que a lo mejor no iba a ser tan fácil capturarla como el creía. Cuando ya creía que la tenía llegó al pueblo.
Se escondió detrás de unos arbustos y la vio recuperando el aliento, como si no pudiese respirar y decidió aprovechar ese momento para cogerla, pero piso una rama y la chica volvió a echar a correr, pero no con tanta fuerza y Nícolas la siguió. Llegaron a un callejón sin salida y el se dispuso a sacar la espadas por si oponía resistencia cuando ella grito y la consiguió ver con claridad.

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